LAS ARISTAS DE LA OJIVA: Solo me suena a Ti.

"Solo me suena a Ti"

El llamador ya ha sonado. Así que me dispongo levantar al cielo la arista número 25. Nunca imaginé que llegaríamos hasta aquí. Lo que iniciamos como un juego de niños, son hoy los sólidos cimientos de un proyecto socio-cultural que cumple diez años, y que pronto dará un nuevo salto de calidad.
25 imágenes que Manuel y Juan Diego han seleccionado durante estos años para que yo les pusiera voz con mi torpe oratoria. 25 estampas, instantes, momentos, recuerdos... expresiones de fe capturada por sus objetivos.
Pero hoy, al llegar la sección al cuarto de centenar, he sido yo quien ha elegido la foto. Y no podía ser otra. El 25 suele asociarse con celebraciones de plata, y a mí, si me hablan de plata solo me suena a Ti. Te asocio con cualquier sensación, color, estímulo, sentimiento, porque Tú eres mi todo. Pero hay cosas, que irremediablemente me conducen hasta tus ojos.
Nada puede definir tú perfección, nada puede rivalizar con tu belleza, aunque a veces, es verdad, que se conjugan a tu alrededor circunstancias especiales que te hacen más hermosa… si es que acaso eso es posible.
Exagera tu belleza la OSCURIDAD que envuelve el cofre que te cobija cada luna de nisán. Las sombras que ansían apagar el resplandor que desprendes, y no hacen más que acrecentar ese halo voluble de luminosidad creado por ti. Los argénteos albores de tus cirios peregrinos que la rompen, cada vez que traspasas las aristas de la ojiva son tus mejores aliados. Para mí tienes mucho de oscuridad.
Expande tu grandeza la SANGRE, que esa noche es azul, y morada, y color plata, y que se vierte en caudalosos regueros de penitentes, que de forma ordenada van llegando hasta tu casa cuando al reloj asoma la hora en punto de la madrugada. Ese elixir de la vida que nunca dejará de fluir mientras existan sentimientos enamorados del cristal de tus encantos. Hoy somos nosotros porque hubo alguien que nos llevó de la mano a buscar tu protección. Mañana serán otros los que la busquen, guiados por nuestras manos. Soy de ti porque mi sangre así fue concebida.
La LUZ primera de la primavera, no resplandece hasta verte enfilar la pasarela de granito que más enciende tus mejillas. Se te ve feliz recorriendo la mañana junto al lucero de alba, junto al bullicio inmenso de tus evangelistas, que se convierten en cientos al despuntar el azul de un nuevo día. La luz, que disipa todos nuestros miedos define al milímetro el conjunto más perfecto que existe bajo las luminarias. También para mí, eres luz incandescente de un faro que nunca se apaga.
Magnifica tu grandeza y aumenta la frecuencia de nuestro ritmo vital, la PLATA, siempre la plata nos conduce a Ti. Y cuando cruzas la ojiva en dirección opuesta, y la oscuridad se esconde, la sangre se rinde y la luz disminuye, la plata se apaga, pero no se esconde. Podrán castigarme, pero nunca me derrotarán porque tu plata, late por siempre en mi corazón.

Alfonso J. Madrid

Foto: Manuel V.