LAS ARISTAS DE LA OJIVA: Muchacha.

MUCHACHA
A Manuel Valdayo, por descubrir el enigma de mis palabras.

Aún no has llegado y ya comienzas a escaparte… eres la encomienda veloz de una plenitud estética  amarrada a un tiempo y un espacio determinados. 
…Por eso cuando no estás, te buscó y muero buscándote en cada sombra de esta ciudad…
Tú…siempre presente…y también siempre esquiva a la gloria de tu galeón de plata… Ya lo sé muchacha, te conozco desde hace tantas primaveras como años tengo y sé que lo que todos creemos es justo lo contrario de lo que dicen tus ojos… esa mirada profunda e infinita que fue pensada para socorrernos desde los perfiles de tu ojiva… sin más aderezos, ni estéticas cofrades.
No eres más, ni tampoco eres menos, que cualquier otro sentimiento… simplemente eres distinta. Que nadie busque en ti una hermosura desmedida, ni un dolor inconsolable, ni una palabra más alta que otra, porque Tú eres Tú, y nada más.
Podría buscarte en tantas Semanas Santas como he vivido, aquí o allí… qué más da. Estarías en la tez morena de San Juan de la Palma, en la mirada inocente de la solitaria Dolorosa de Moguer, en la corona de oros dormidos de la Reina del Polvorín onubense… qué más da muchacha, si mire por mire todo me recuerda a ti.

Que es mi Semana Santa,
mi vida entera, mi madrugada,
esos labios silenciosos
que no pronuncian palabras.

Que es mi Semana Santa,
mi vida entera, mi madrugada,
la sonrisa que me dedicas
cuando visito tu casa.

Hay otras Semanas Santas pero todas viven en ti y en la ojiva que te cobija.

Alfonso J. Madrid

Foto: Manuel V.