Amor en su Socorro. La Palma volvió a encontrar Socorro en las manos maternales de la Virgen.
El pasado domingo 21 de febrero, la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno culminaba sus Cultos de Cuaresma con la Solemne Función Principal de Instituto y el Besamanos a la Stma. Virgen del Socorro. El Emmo. y Rvdmo. Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla D. Carlos Amigo Vallejo fue quien presidió la Solemne Eucaristía, inundado de alegría por celebrar en la tierra de D. Manuel Siurot. Esta Función Principal, tuvo en este año un carácter más solemne, si cabe, por la presencia del Arzobispo Emérito, quien regaló a La Palma unas hermosas palabras en su Homilía. Antes de concluir la Celebración, la Junta de Gobierno de la Hermandad palmerina nombraba al Cardenal Amigo Vallejo Hermano Honorario de la Corporación, título que agradó al franciscano.
Al finalizar la Solemne Función, en la que los hermanos hicieron pública Confesión de Fe, se iniciaba el Devoto Besamanos a María Stma. del Socorro, depositando el primero beso en sus manos el Rvdmo. Cardenal Emérito.
La Virgen, acompañada de San Juan Evangelista, se encontraba a los pies del clásico altar de cultos esperando recibir el amor de sus hijos palmerinos. La Virgen del Socorro se presentaba luciendo las mismas galas que durante los días anteriores en el Solemne Quinario, pero portando sobre su pecho antiguas y riquísimas piezas de joyería. Junto a Ella, San Juan Evangelista se mostraba en actitud dialogante y confortante, creando una de las escenas más bellas de nuestra Semana Santa, que tras años de ausencias fue recuperada en la pasada Cuaresma.
Las Stma. Virgen y San Juan se situaban sobre una pequeña plataforma con frontal de plata, flanqueados por varias piezas de candelería, un par de faroles de orfebrería y dos elegantes jarras de claveles blancos en forma cónica. En lo más alto del altar de cultos, coronando la escena maternal, la sobrecogedora mirada de Padre Jesús Nazareno recogía las plegarias de su pueblo.
Os dejamos unas fotografías de este bello culto, que se caracterizó por la sobriedad de la Solemne Función y el amor desmesurado que La Palma entregó a su Madre en el Besamanos.
El pasado domingo 21 de febrero, la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno culminaba sus Cultos de Cuaresma con la Solemne Función Principal de Instituto y el Besamanos a la Stma. Virgen del Socorro. El Emmo. y Rvdmo. Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla D. Carlos Amigo Vallejo fue quien presidió la Solemne Eucaristía, inundado de alegría por celebrar en la tierra de D. Manuel Siurot. Esta Función Principal, tuvo en este año un carácter más solemne, si cabe, por la presencia del Arzobispo Emérito, quien regaló a La Palma unas hermosas palabras en su Homilía. Antes de concluir la Celebración, la Junta de Gobierno de la Hermandad palmerina nombraba al Cardenal Amigo Vallejo Hermano Honorario de la Corporación, título que agradó al franciscano.
Al finalizar la Solemne Función, en la que los hermanos hicieron pública Confesión de Fe, se iniciaba el Devoto Besamanos a María Stma. del Socorro, depositando el primero beso en sus manos el Rvdmo. Cardenal Emérito.
La Virgen, acompañada de San Juan Evangelista, se encontraba a los pies del clásico altar de cultos esperando recibir el amor de sus hijos palmerinos. La Virgen del Socorro se presentaba luciendo las mismas galas que durante los días anteriores en el Solemne Quinario, pero portando sobre su pecho antiguas y riquísimas piezas de joyería. Junto a Ella, San Juan Evangelista se mostraba en actitud dialogante y confortante, creando una de las escenas más bellas de nuestra Semana Santa, que tras años de ausencias fue recuperada en la pasada Cuaresma.
Las Stma. Virgen y San Juan se situaban sobre una pequeña plataforma con frontal de plata, flanqueados por varias piezas de candelería, un par de faroles de orfebrería y dos elegantes jarras de claveles blancos en forma cónica. En lo más alto del altar de cultos, coronando la escena maternal, la sobrecogedora mirada de Padre Jesús Nazareno recogía las plegarias de su pueblo.
Os dejamos unas fotografías de este bello culto, que se caracterizó por la sobriedad de la Solemne Función y el amor desmesurado que La Palma entregó a su Madre en el Besamanos.
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