LAS ARISTAS DE LA OJIVA: Lágrimas en la tarde de Marzo.

LÁGRIMAS EN LA TARDE DE MARZO

Te buscaremos Señor, en esta tarde de marzo, cuando por cualquier esquina sintamos tu presencia, de pies desnudos, que nos abre la puerta de par en par a la nueva vida que desde hoy estrenamos.
Cautivos de ti, te buscaremos, en una barroca iglesia que tanto sabe de devociones seculares, y te reencontraremos rescatado del olvido de las décadas mudéjares, descubriendo nuevas devociones que arrancan de aquella tan lejana de primitivas cofradías. Y quedaremos eternamente cautivos en los nuevos límites del tiempo.
Y será, que saldrás a nuestro encuentro, por las calles donde habita la leyenda de esta ciudad, y será cierto que te volveremos a ver, víctima de los más indecorosos castigos, ultrajado y abofeteado, cargado con la condena más injusta, que nunca debió recaer sobre tus espaldas.
Hoy sentiremos de nuevo la luz a la que nacimos, desnudos de la vergüenza que tú nos quitaste con tu muerte. Revestidos de una nueva vida, bienaventurados seremos los que vayamos en tu busca, ansiosos de la paz que emana de tus ojos y la firmeza de tus aprisionadas manos. Al vernos de nuevo junto a ti, lágrimas de alegría surcaran las mejillas de tu Madre.
Mientras a la ojiva mudéjar, solo le queda esperar verte de paso en la tarde del Martes Santo, pero ya sin ninguna esperanza de que alguna vez vuelvan tus pies a pisar sus plantas.

Alfonso J. Madrid

Foto: Manuel V.